Getaria es nuestro origen y destino. Y también el de marineros como Elkano, y otros muchos anónimos, que circunnavegaron por primera vez la Tierra. Getaria es fiesta; es el ruido de campanas de la Iglesia San Salvador, pequeñas, pero de gran eco. Getaria es mar, pesca, barcos entrando a puerto, sirenas de llamada y descargas de vida que nos permiten ganarnos la vida. Getaria es puro sabor, gastronomía de calidad, de pequeños productores que trabajan lo mejor que nos ofrecen el mar y la tierra. Getaria es arte a la parrilla, con un aroma callejero que cautiva. Getaria es costura; puntadas de rederas en el puerto y de grandes sastres como Balenciaga.

Getaria es tranquilidad mirando el horizonte, atardeceres en la playa y risas de niñas y niños jugando a orillas del Mar Kantauri. Getaria es diversión, notas de música y notas de cata, del txakoli que nace de los viñedos empapados de salitre. Getaria son olas, grandes cuando Kantauri enfurece; pequeñas cuando está en calma. Getaria son lucecitas al amanecer, de txipironeras con pequeños piratas de incalculable paciencia. Getaria es aventura. Eso es Getaria, una auténtica aventura.